Pablo J. Scuzzarello

... es el resultado de una propuesta hacia aquellos que necesiten de un espacio para hablar sobre sus tropiezos, sus dolores, sus insistencias incontrolables y también sus aciertos.

La invitación consiste en la oferta de una escucha y lectura profesional lo más desprejuiciada posible, un espacio de trabajo cada vez más descalificado en los tiempos actuales, como lo es el de la palabra; tiempos violentos, apremiantes, de actos más que de palabras.

Una apuesta que consiste en revalorizar una escucha, que muchas veces vemos aplastar por parte de colegas rotulando a las personas con etiquetas tales como: anorexia, bulimia, psicosomático, depresión, ataques de pánico, adicto, alcohólico, etc.

Nominaciones que muchas veces terminan ocasionando presentaciones al estilo de: “…soy anoréxico…”, “…soy bulímico…”, “…soy adicto…”, “…soy ex-alcohólico…”, “…soy psicosomático…”, etc.
Pareciera que estos nuevos rótulos, difíciles luego de conmover, definieran la identidad de quienes padecen el dolor de existir; opacando la misma y anulando alguna posibilidad de preguntarse: ¿Quién soy?, ¿Qué deseo?; de que allí se habilite la apertura al sujeto.

Rótulos injuriantes de su narcisismo, mal decidas –maldecidos-, mal dichas, si nos permiten jugar un poco con las palabras; atribuciones narcisistas e identificatorias que habrá que demoler, para así poder arribar hacia un bien decir, un decir bien….

Concretamente, la propuesta consiste en brindar un espacio para aquellos que quieran dejar de insistir, de despertar, despertar del insomnio, de la cotidianidad, de ese eterno repetir y repetir: ... en mis relaciones de trabajo, en el amor; siempre lo mismo, los mismos errores, fracasos, tropiezos, las mismas circunstancias, dilema siempre presente este último.

En fin, un espacio al que no solo decimos lo que sabemos al estilo de una confesión, sino también y fundamentalmente aquello que no sabemos.

Hacia ellos va la propuesta… hacia aquellos que quieran "despertar", aún...